Inmerso en un gran parque arbolado, el museo ilustra la extraordinaria historia del Delta del Po, un territorio que en la antigüedad representó el eje de las relaciones entre el mundo mediterráneo, el norte de Italia y la cultura centroeuropea. La historia de Adria, que dio su nombre al mar Adriático, es rica y compleja: originalmente como un puerto fluvial etrusco donde se comerciaba con barcos que venían de Grecia en busca de materias primas como el ámbar báltico, la plata y el estaño, también mantuvo en época romana el papel de bisagra entre Oriente y Occidente.En el museo se pueden admirar bronces y joyas etruscas, cerámicas áticas con figuras negras y rojas y una extraordinaria colección de vidrio de época romana, famosa internacionalmente.La ciudad actual, cuya visita Merece una parada inmersa en un paisaje de agua e historia, es la puerta de entrada natural al Parque del Delta del Po, reserva de la biosfera de la UNESCO.