La pintura, que representa a la Virgen amamantando al Niño, se llama Madonna de ambro por la inscripción en el borde inferior del panel, cuyo origen, sin embargo, se desconoce. Del límite superior de la mesa emerge la aureola circular de la Virgen que, siguiendo una vena de naturalismo popular, lleva el cabello recogido en una redecilla de cordón retorcido con terminaciones en borlas que descienden sobre sus hombros según una adhesión inmediata a la herencia cultural. de las personas para quienes se creó la imagen; una corona pesada completa el peinado. Los rasgos del dibujo son muy acentuados, los colores planos e intensos, una rigurosa frontalidad y fijeza de la mirada caracterizan la figura de la Virgen, dotando a la imagen de una majestuosidad solemne. La pintura fue publicada por Piccirilli en 1919 como obra del siglo XIII, la Toesca la acercó por la corona y los rasgos del rostro a la Virgen del ábside de S. María en el Foro Claudio; Garrison pensó que se hizo en un entorno de Umbría-Abruzzese, datando de 1270-80. Matthiae fue el primero en acercarse a la mesa con la producción de Spoleto, mientras que Bolonia, considerándola "ya en el siglo XIII", subrayó sus afinidades con la producción de A. Sotio y con los frescos de Rongolise. BosKovits, en busca de las matrices culturales del Tercer Maestro de Anagni, atribuyó la obra al propio Alberto Sotio, confirmando así la temprana datación en el primer cuarto del siglo XIII.