El tema de la Lamentación, que representa el dolor sobre el cuerpo sin vida de Cristo después del descenso de la cruz, es repetido con frecuencia por Lanino y también está presente en las caricaturas y dibujos utilizados por su taller. El carácter trágico del hecho se sugiere sin patetismo, pero con sincera aflicción. Los colores suaves y el matiz del claroscuro, más controlado que en las obras anteriores, muestran la plena madurez del pintor.