Fechado en 1945, coincidiendo con la plena madurez del artista, el cuadro representa la plaza de Burano, uno de los islotes no lejos de Venecia. Los colores predominantemente claros y fríos, esparcidos con pinceladas finas y rápidas, son caldeados por el ocre del lienzo, dejado desnudo en varios puntos, y avivado por los signos negros casi gráficos que definen las figuras que animan el gran espacio urbano. C. Gelao