El 26 de noviembre, el MIC de Faenza abre al público una exposición dedicada a la cerámica de vino y agua en Italia desde la antigüedad clásica hasta el diseño del siglo XX-XXI. La exposición pretende acercar las formas cerámicas de beber del mundo griego, etrusco y romano hasta los desarrollos del diseño contemporáneo, analizando su uso en la convivencia de la mesa y vinculando el uso de la cerámica para el vino y el agua a los contextos sociales desarrollados. por cada época para captar los elementos de originalidad y los de continuidad.

“Beber y comer en compañía se refiere a aspectos del compartir típicos de la naturaleza humana - especifica la curadora de la exposición Valentina Mazzotti - que necesariamente repercuten en los tipos de cerámica adoptados, a menudo peculiares de ciertas culturas, pero también recurrentes a lo largo de los siglos. Es el caso del cántaro, la forma cerámica por excelencia para mezclar líquidos, derivada del oinochoe del mundo griego, que durante la Edad Media y el Renacimiento adquirió características morfológicas a menudo propias de los distintos ámbitos territoriales, estandarizadas posteriormente en soluciones matriciales populares, que han encontrado una nueva lectura en el diseño del siglo XX”.

El tema de la exposición se declina a través de unas 200 cerámicas del MIC con una propuesta de fuerte impacto didáctico pero también de considerable valor artístico y cultural, que realza la inmensidad de las colecciones del Museo de Faenza. Las obras expuestas se dividen en cuatro secciones que proponen un viaje a través de los siglos en nombre de la convivencia y las formas cerámicas relacionadas con la bebida. Parte de la antigüedad clásica con una amplia variedad de cerámica relacionada con el ámbito del consumo del vino, como el ánfora para transportarlo, el cráter y el oinochoe para servirlo, el kylix, el skyphos y el kantharos para beberlo.