Manufactura activa desde el siglo XVII, la de Antonibon di Nove fue una de las más importantes de su época en la zona norte, con una vasta producción en mayólica, pero, a partir de mediados del siglo XVIII, también en porcelana. La sopera, con empuñadura tridimensional, presenta una de las decoraciones típicas de la manufactura, la denominada “fruta barroca”, caracterizada por grupos de frutos de gran tamaño, ejecutados a fuego fuerte con una gama de colores que incluía el rojo ferrina, el fórmula secreta de la fabricación.