Thomas De Falco vive y trabaja en Milán, París y Roma. Expresa su investigación y producción artística a través de la creación de tapices, inspirados en el antiguo arte del tejido en telar vertical. Hay algo mágico en la habilidad de la artista para coser, una especie de balada ancestral transmitida a lo largo de los años; es precisamente en los materiales, como la lana, el algodón, el lino, la seda, el cáñamo o el hierro, donde se transmite al tacto ya la vista una sensación de pureza.