Mientras en los años ochenta asistimos a la historización del Pop Art en Estados Unidos, al agotamiento del Expresionismo Abstracto y del Minimalismo, Lawrence Carroll (Melbourne 1954 - Colonia 2019) se traslada a una eufórica Nueva York donde, mientras trabaja como ilustrador gráfico , da vida a sus primeras obras, no atribuibles a una corriente concreta: desde el principio sus cuadros son instrumentos de investigación del hacer pintura más allá de las escuelas y teorías de la segunda posguerra.

Tres años después de su muerte, la Madre di Napoli dedica la primera gran retrospectiva del museo a Lawrence Carroll. La exposición -comisariada por Gianfranco Maraniello- indaga en la historia y la figura de este protagonista del panorama artístico norteamericano e internacional, no comparable a la historia de las vanguardias y neovanguardias.

La exposición presenta 80 obras del artista creadas a lo largo de más de treinta años de carrera (de 1985 a 2019), configuradas en un camino que -como en el sentir del propio Carroll- privilegia las relaciones de las obras con el espacio y con los sentimientos con respecto a la paralizante clasificación cronológica o temática. Carroll, de hecho, consideraba sus obras como presencias físicas que habitan los espacios y que se encuentran con el observador, entablando un diálogo con él. Cada una de sus creaciones mantiene por tanto la misma imperfección del ser humano y, en sus propias palabras, un necesario "anclaje al mundo".