La idea de la exposición surge de la contemplación de la obra Sin título de Jannis Kounellis, que alude a una crucifixión y al sufrimiento, pero sin presentar el cuerpo de Cristo. El artista aquí lleva a cabo una "poética del secreto", del misterio de las cosas. Hacia la dramaturgia y la teatralidad, donde incluso la ausencia de la figura - con su llamado -, es poderosa y trágica.

El término "damnatio figurae" se refiere a una negación de las imágenes, un tema que se relaciona con debates históricos no solo sobre la iconoclastia, sino en general sobre el uso de representaciones visuales. Partiendo de estos presupuestos, aprovechando la importancia y el significado de la presencia o ausencia del rostro y la figura humana, la selección en la Nave reúne las obras de 5 artistas (Thorsten Brinkmann, Aron Demetz, Nicola Samorì, Mariano Sardon, Manolo Valdés) que, de diferentes maneras, han trabajado en torno a la ausencia o el ocultamiento de la expresión humana, sin llegar a la iconoclastia.

En la Sacristía, por contraposición, se presentan una serie de retratos contemporáneos de gran importancia, también iconográfica, pero con una disposición más clásica, todos provenientes de la colección de la fundación. Desde la reina de Andy Warhol hasta las mujeres de Wesselmann y Casorati, de Baechler a Chia, de Music a Ida Barbarigo, hasta un singular Max Ernst, y otros más, representan el rostro y la figura humana, abordando el tema en una multiplicidad de formas.

Completando el montaje está la instalación de Maurizio Cattelan, Stadium. Desde que el retrato se ha convertido, con la llegada de la fotografía, cada vez más en una reflexión sobre la identidad de las personas, más que una representación física, se vuelve crucial representar el papel que tenemos en la sociedad, nuestra personalidad también dada por nuestro sistema de relaciones. En este contexto, la obra Stadium se convierte en el escenario donde las personas representan roles dentro de grupos, donde manifiestan su identidad social.