El Santuario de Hércules Vencedor es uno de los más grandes complejos sagrados de la arquitectura romana del período republicano (construido a partir del siglo II a.C). Se trata de una estructura escenográfica de imponentes dimensiones, construida sobre una terraza que da al río Aniene, a lo largo de una antigua ruta de transhumancia que luego se convertiría en la Vía Tiburtina. La carretera fue incorporada al conjunto arquitectónico como una galería monumental (via tecta). 

El Santuario de Hércules Vencedor estaba compuesto por tres cuerpos principales: el teatro, que aprovechaba la pendiente natural del terreno, una amplia plaza delimitada por pórticos y el templo propiamente dicho. Tras la decadencia del lugar de culto, la presencia de conductos de agua favoreció el asentamiento de molinos y fundiciones, además de la primera central hidroeléctrica italiana y, finalmente, una fábrica de papel. El Santuario de Hércules Vencedor representa hoy el sitio más importante de doble arqueología, clásica e industrial.